En un mundo lleno de pantallas y estímulos rápidos, mantener la atención sostenida infantil es un desafío. Muchos padres buscan soluciones más allá de los métodos tradicionales para mejorar el rendimiento escolar.
¿Sabías que la práctica de Yoga y la concentración están íntimamente ligadas? No es solo estirar el cuerpo, es entrenar la mente. Hablamos de movimiento consciente que impacta directamente en la arquitectura cerebral.
En este artículo, exploraremos la ciencia detrás de esta conexión y te daremos 3 posturas y un ejercicio de respiración que puedes usar hoy mismo para potenciar las funciones ejecutivas de tu hijo.
La Conexión Cerebro-Cuerpo: Yoga y Beneficios
El yoga es un movimiento consciente que actúa como un poderoso entrenamiento cruzado para el cerebro, la práctica de fortalece las Funciones Ejecutivas (FF. EE.), que son las habilidades mentales que actúan como el "CEO" del cerebro: las que nos permiten planificar, priorizar, enfocarnos y controlar nuestros impulsos.
Cuando un niño entra en una postura de yoga, ocurren una serie de cambios neuronales que potencian estas habilidades esenciales para el aprendizaje:
La necesidad de mantener la postura y coordinarla con la respiración exige al cerebro que filtre el "ruido" y se enfoque. Esta práctica repetida actúa directamente sobre las tres funciones ejecutivas clave:
1. Atención Sostenida: Al intentar mantener el equilibrio en una postura como "El Árbol", el niño está obligado a concentrarse en un punto fijo (Drishti). El más mínimo pensamiento o distracción hace que el cuerpo se tambalee. Esta retroalimentación inmediata entrena al cerebro para mantener el foco, una habilidad crítica para las tareas escolares.
2. Inhibición de Respuesta: Las técnicas de respiración (Pranayama) enseñan al niño a alargar la exhalación y a tomar el control voluntario sobre su sistema nervioso. Aprender a frenar la respiración es aprender a frenar el impulso de moverse, de reaccionar agresivamente, o de distraerse. Es el músculo del autocontrol.
3. Memoria de Trabajo: Al practicar secuencias de posturas (como un mini Saludo al Sol), el niño debe recordar el orden de los movimientos. Esto ejercita la memoria de trabajo, que es la capacidad de retener y manipular información a corto plazo, fundamental para seguir instrucciones complejas o resolver problemas matemáticos.
Al hacer que el niño realice un movimiento consciente, el yoga le ofrece una herramienta física para gestionar su estado mental, demostrando que su cuerpo puede ser su mejor aliado para mejorar el rendimiento escolar y la concentración.
Pararse en un pie, llevando el otro al muslo o la pantorrilla. Manos al centro del pecho o hacia el cielo. El objetivo es que el niño elija un punto fijo en la pared y se comprometa a mirarlo, punto de foco (Drishti). La necesidad de que el cuerpo se mantenga inmóvil mientras los brazos crecen hacia el cielo entrena la atención sostenida. El cerebro debe concentrarse únicamente en el punto fijo y en el equilibrio, forzando la mente a filtrar todo el ruido externo. Si se cae, simplemente se ríen y lo vuelven a intentar.
Posición de guerrero, una pierna con una rodilla flexionada y la otra se estira hacia atrás, estiren los brazos a los lados. La clave es fijar la mirada en los dedos de la mano delantera. Esto entrena la atención sostenida y la presencia. Esta postura desarrolla la resistencia mental, el cuerpo puede empezar a sentir el esfuerzo (la rodilla se cansa), pero el mantener la mirada y la postura enseña al cerebro a inhibir la respuesta al malestar, fortaleciendo el control de impulsos necesario para terminar una tarea difícil en el colegio.
Sentarse con las piernas estiradas. Inhalar estirando los brazos, y exhalar llevando el torso hacia adelante, dejando caer la cabeza (como si quisiera tocar los pies). Es una postura de introspección que reduce el ruido mental, preparando al cerebro para el aprendizaje. Al ser una postura de flexión hacia adelante, esta postura tiene un efecto inmediato de calma. Calmar el cuerpo y reducir el "ruido" mental prepara al cerebro para un estado óptimo de aprendizaje y memoria.
La práctica de Yoga y la concentración es la prueba de que el cuerpo es la puerta de entrada para entrenar la mente. No solo estás potenciando su atención sostenida infantil, sino que estás ofreciéndole un camino divertido y efectivo para mejorar el rendimiento escolar y enfrentar el futuro con calma y foco. Recuerda que no se trata de perfección, sino de la constancia de crear un hábito de presencia.
Las 3 posturas que aprendiste hoy son el punto de partida, pero si deseas transformar el potencial de concentración de tu hijo de manera integral, necesitas un programa estructurado.
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